ABC | 11.02.2018
El país vecino se ve obligado a alojar a miles de subsaharianos que no permite cruzar a Europa
L. L. CARO
En 2017, la inmigración ilegal en España creció un 101,4% mientras que las entradas por Grecia bajaron un 77%. Para el Gobierno, la cooperación y ayuda para el desarrollo de los países de origen es la clave para dar una solución a este fenómeno siempre vinculado a la tragedia. De hecho, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, viaja hoy mismo a Senegal y Mauritania y este aspecto forma parte central de su agenda. Pero España también está planteando en Europa que, al igual que se está haciendo con Turquía para contener los flujos de refugiados sirios, se ayude a Marruecos para que pueda gestionar la inmigración que, como resultado del control que ejerce sobre sus fronteras, ya se está quedando dentro de territorio alauí y convirtiéndoles en un país, no ya de tránsito, sino de destino. Con la multiplicación de cargas que ello supone.