Nach der Verhaftung von knapp 40 AktivistInnen der Protestbewegung im Rif und ihrer polizeilich-militärischen Verbringung an unbekannte Orte gibt es weiterhin tägliche Demonstrationen im Rif, die allerdings überall polizeilich zerschlagen werden. In vielen größeren marokkanischen Städten und auch in Europa kam es zu Solidaritätsdemonstrationen. Möglich ist, dass die Protestbewegung auf Arbeitslosenschichten in anderen marokkanischen Regionen übergreift. Heute wurde Nasser Zafzafi verhaftet, der am Freitag mit Foto auf vielen Titelblättern als Anführer dargestellt und anschließend zur Verhaftung freigegeben wurde. Gegen ihn und gegen Mitverhaftete wird wegen „Angriff auf die staatliche interne Sicherheit“ ermittelt. – Soeben starten marokkanische AktivistInnen und Intellekturelle einen Aufruf an die marokkanische Regierung: Die Gefangenen sollen freigelassen und den ökonomischen, sozialen und kulturellen Forderungen der Protestbewegung nachgekommen werden. Die Bewegung im Rif hat sich im Laufe eines halben Jahres neu aufstellen können. Sie ist vor allem unter den ärmeren Schichten fest verankert, verfügt aber auch über die jahrzehntelange Emigration und die Bildungsausweitung über beachtliche transnationale Mobilisierungsfähigkeiten. Der Blackout der Social Media hat die laufende Vernetzung der Protestbewegung nicht wesentlich behindert.
Des militants et intellectuels marocains appellent à satisfaire les revendications du Hirak. Treize intellectuels et militants de gauche pour la plupart se sont exprimés en faveur de la „satisfaction des revendications légitimes des habitants du Rif“ dans un communiqué daté du 25 mai. Ils invoquent la „nécessité de trouver des solutions radicales aux questions soulevées par les manifestants„.
Les signataires estiment par ailleurs que le cahier revendicatif est „légitime et réalisable s’il y a une réelle volonté de dialogue sérieux et responsable“. Ils listent sept conditions sine qua non à la réussite de ce dialogue:
- „reconnaître la légitimité des revendications sociales, économiques et culturelles de l’une de nos régions“
- „rompre avec toutes les accusations de trahison adressées au mouvement revendicatif“
- „refuser la personnalisation du problème, les insultes et l’abaissement qui atteignent les individus et les institutions en mettant en application le principe de la gouvernance et en liant la responsabilité à la reddition des comptes sur les plans national, régional et local“
- „mettre la main sur les dysfonctionnements et privilégier le dialogue“
- „affirmer que la région du Rif a besoin d’achever les processus de réconciliation et la réparation des violations des droits de l’Homme dont elle a fait l’objet“
- „exiger du chef du gouvernement des éclaircissements sur le Dahir de militarisation et la confirmation de sa suspension conformément aux déclarations de certains responsables gouvernementaux et non gouvernementaux“
- „traiter les actions du mouvement revendicatif dans le cadre de la paix civile, garantir les droits des citoyennes et des citoyens
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Les signataires de cet appel se présentent comme des „partisans du dialogue patient avec tous les intervenants de la région et toutes les parties ayant participé aux manifestations„. Ils proposent en outre de „libérer les détenus emprisonnés pour leurs opinions politiques et les réintégrer à leurs postes„, de „traiter les revendications liées à l’enseignement et la santé„, et appellent les autorités à „exécuter les projets de développement dans la province„.
Les signataires : Ahmed Assid (président de l’Observatoire amazigh des droits et des libertés); Amina El Messaoudi (professeur universitaire); Boubkeur Largo (président de l’Organisation marocaine des droits de l’Homme) ; Jamal Bendahmane (professeur universitaire et acteur civil) ; Khadija Marouazi (secrétaire générale du Médiateur pour la démocratie et les droits de l’Homme); Khalid Benthami (activiste civil) ; Salah El Ouadie (président du mouvement Damir) ; Abdeslam Boutayeb (président du Centre de la mémoire commune pour la démocratie et la paix) ; Mohamed Neshnash (activiste des droits de l’Homme et porte-parole de l’initiative); Mohamed Benmoussa (expert en économie et acteur civil) ; Mustapha El Manouzi (président du Centre marocain pour la démocratie et la sécurité); Al Mustapha Lmouatassime (professeur universitaire) ; Ouasfi Bouazzati (vétérinaire et acteur civil).
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/05/29/actualidad/1496047235_007021.html
Marruecos detiene al líder del movimiento de protestas en Alhucemas. Cientos de jóvenes se manifiestan cada noche en el Rif, a pesar de que los principales activistas han sido arrestados
Alhucemas
Concentración de jóvenes, este domingo en Alhucemas, donde se reclama la liberación de los activistas detenidos. FRANCISCO PEREGIL
Nasser Zafzafi, el líder del llamado Movimiento Popular de Alhucemas, que se encontraba en busca y captura desde el viernes, ha sido detenido este lunes, según fuentes del Gobierno. Zafzafi está acusado de interrumpir el sermón de imán en la mezquita de su barrio. Las autoridades intentaron detenerlo, pero decenas de jóvenes acudieron a su casa para impedirlo. Zafzafi puede ser condenado hasta con tres años de cárcel.
Durante el fin de semana, la fiscalía provincial de Alhucemas ha ordenado el arresto de al menos 22 de los principales activistas, aunque las asociaciones de derechos humanos informan de 37 detenciones. A pesar de que la cúpula del Movimiento se encuentra privada de libertad, las protestas continúan en el Rif.
Alhucemas y los pueblos de los alrededores están tomados por la policía. El domingo a las siete de la tarde, antes de romper el ayuno de Ramadán, solo se ven furgonetas antidisturbios en las entradas y salidas de los pueblos. Cuatro horas después empiezan a concentrarse decenas de jóvenes en una calle de Alhucemas. La plaza principal está tomada por los antidisturbios.
El sábado por la noche, cientos de jóvenes se manifestaron en varias localidades del Rif. La mayoría de esas concentraciones fueron disueltas por la policía. El domingo a las once y media de la noche, otros tantos jóvenes volvían a concentrarse en el centro de Alhucemas. Es misma noche hubo manifestaciones de solidaridad en Casablanca y Rabat. En Alhucemas intentaban alejarse de la calle donde estaban apostados los agentes antidisturbios. “La manifestación es ahí arriba”, gritaba un joven a los otros, “quien quiera quedarse aquí junto a los policías lo hará bajo su propia responsabilidad”.
Una vez llegados al final de la calle empinada, los jóvenes se iban sentando en el suelo. Coreaban el lema de Marruecos, pero en vez de decir “Dios, patria y rey” cantaban “Dios, patria y pueblo”. Uno de ellos tomó la palabra. “Vamos a esperar a que Nasser vuelva, vamos a seguir reclamando la libertad de los detenidos y las mejoras económicas y sociales para el Rif. Pero tenemos que seguir la trayectoria pacífica de Nasser. No podemos entrar en las provocaciones del Ministerio del Interior. No tienen que llevarnos a su terreno de violencia. El pacifismo durante siete meses es lo que nos ha traído hasta aquí. Si alguien tiene un conflicto personal con el Makjzén (el poder del Palacio Real) que lo solucione aparte de nosotros. El Movimiento es pacífico y así va a seguir. Se me detienen a mí mañana otro me sustituirá”.
Tenemos que seguir la trayectoria pacífica de Nasser. El pacifismo de estos siete meses es lo que nos ha traído hasta aquí
Joven activista del Movimiento Popular
La inmensa mayoría de los manifestantes eran hombres jóvenes. Pero una joven tomó la palabra. “Las mujeres también tienen que salir con nosotros, porque han detenido a nuestros hijos y nuestros maridos. Y no hemos hecho mal a nadie. Mañana a las nueve [por el lunes] se celebra el juicio contra algunos de los detenidos. Tenemos que ir delante del Tribunal a apoyarlos”.
Terminaron la concentración con una juramento que se ha ido gestando a lo largo de los siete meses de protestas. Con las manos en alto, juraron que no van a volver atrás, que no van a traicionar la patria ni vender ni engañar al pueblo. En la concentración no se veía ninguna cámara de ningún periodista local ni extranjero, solo los teléfonos de algunos activistas grabando a los demás.
“La gente que filmaba bien ha sido detenida”, afirma un simpatizante del Movimiento. “Pero es increíble que no vengan más periodistas. Esto está sucediendo a las puertas de Europa. No es solo que hayan detenido a gente pacífica, sino la forma en la que los han detenido, entrando a la fuerza en sus lugares de trabajo y en sus hogares. A Mohamed Jelloul, que pasó cinco años en la cárcel, tras las protestas de la primavera árabe en Alhucemas y salió solo hace un mes, lo detuvieron en un restaurante. Nasser ha tenido que huir y otra gente también ha huido. Es como si en vez de un Movimiento pacífico esto fuera las FARC”.
El fiscal provincial de Alhucemas, Mohamed Aqwir, acusa a los detenidos de “atentar contra la seguridad interior del Estado, incitar a cometer delitos y crímenes, humillar a funcionarios públicos durante el cumplimiento de sus misiones y cometer hostilidades contra los símbolos del Reino en reuniones públicas”, entre otros delitos.
El fiscal publicó un informe el domingo en el que asegura que algunos de los detenidos estarían implicados en unos incidentes sucedidos el pasado 26 de marzo en las localidades Imzuren y Beni Bouayach. Aquel día, según el fiscal, “una residencia y vehículos de las fuerzas públicas fueron incendiados, bienes ajenos y de utilidad pública dañados y varios funcionarios públicos humillados y agredidos, además de otros actos”.
Hace una semana, el lunes 22 de mayo, una delegación ministerial viajó a Alhucemas por primera vez en medio año, para reunirse con representantes de la sociedad civil. Había cientos de personas en una sala del Gobierno civil. Pero no estaban los principales activistas del Movimiento Popular. No obstante, los ministros reconocieron que la mayor parte de las reivindicaciones de los manifestantes eran “razonables” y se comprometieron a “acelerar” las inversiones que ya se habían anunciado en 2015.
“Era una zanahoria que no nos creímos”, señala el citado simpatizante del Movimiento. “De hecho, ya tenían preparado todas estas investigaciones judiciales para descabezar el movimiento”.
Hoy en día, algunos de los principales activistas que continúan en libertad no responden al teléfono y han abandonado su actividad en las redes sociales. Las calles siguen tomadas por la policía y cada noche se espera una concentración de protesta.