Ramadán en el monte Gurugú
Los inmigrantes que aguardan en la montaña para saltar la valla de Melilla cumplen el ayuno musulmán
Confían en que Alá, una vez cumplido el rito, sea misericordioso y les ayude a superar la triple verja para entrar en Europa
J. BLASCO DE AVELLANEDA | NADOR (MARRUECOS)
Cae la tarde en el monte Gurugú y las luces de Melilla se dibujan como un telón de fondo inalcanzable, un sueño que ilumina la línea de un horizonte cada día más difícil de superar. En la zona más alta del peñasco, conocida como ‚el tranquilo‘, se esconden los inmigrantes más jóvenes del África occidental. Este verano no está siendo muy caluroso y a mil metros de altura, cuando el sol comienza a perderse tras los árboles, la humedad de la cercana Mar Chica crea una sensación térmica por debajo de los 10 grados. Eso explica que todos vayan abrigados y que alguno tirite de frío.